El equilibrio fiscal estatal vinculado al mercado inmobiliario da cuenta de que existe una gran carga impositiva para quienes invierten en una residencia. Esto, lógicamente, se traslada a mayores precios y dificultades para el “consumidor final”, es decir, el ciudadano de a pie. Si aún te preguntas cuánto se paga de impuestos por comprar una casa y cómo impactan ellos sobre las arcas del Estado, te invitamos a leer la siguiente nota.

¿A dónde van los impuestos que pagamos por comprar una casa?

La pregunta se responde habitualmente por el “deber ser”: tenemos un Estado que administra los ingresos y egresos generados por nuestra sociedad, y según las prioridades políticas del gobierno de turno esa recaudación se destina a sostener o potenciar las capacidades y recursos del país. La lógica, aunque coherente, acarrea en todos los países los problemas de representatividad de los gobiernos (y por ende, el acuerdo sobre los objetivos prioritarios para usar el dinero), así como disidencias en la forma en que se gestionan y controlan los gastos.

En el amplio abanico de vías de recaudación, los impuestos por comprar una casa ocupan un lugar importante. Primero, porque es un capital que implica grandes costes; segundo, porque es un bien siempre deseado, y por ende una fuente prácticamente inagotable de ingresos para la nación. Así lo reflejan los organismos públicos, que además de gestionar dicho financiamiento, tienen la obligación de informar a los ciudadanos sobre los resultados y uso de tal recaudación.

Impuestos

El impacto impositivo inmobiliario en el Estado y en el bolsillo del ciudadano

La compra una vivienda nueva implica ciertos gravámenes en tasas e impuestos municipales tales como la licencia de obras, de primera ocupación o el de construcciones, la tasa de calificación provisional o definitiva y el IVA. Y esto es sólo en lo que respecta a impuestos directos. Luego están también las retenciones por IRPF y por Seguridad Social de los trabajadores, entre otras tasas posibles. Con todo, el valor de una vivienda puede incrementarse alrededor de un 25%.

Según datos del Ministerio de Hacienda, hasta noviembre de 2022 las comunidades autónomas recaudaron 10.465 millones de euros en concepto del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y del de Actos Jurídicos Documentados (AJD). Trasladado este dato al “consumidor final”, la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI) concluyó que a los compradores de una casa de segunda mano les es necesario considerar un coste estimado de 7,5% por el ITP, frente al 4,5% de la media europea. Este porcentaje varía de una comunidad autónoma a otra y llega al 10% en algunas comunidades. Solo en Melilla, Ceuta, Canarias, Navarra, Madrid y País Vasco se sitúa por debajo del 7%.

Es justamente esta última comunidad la que tiene un modelo impositivo que la FAI considera más acertado a los tiempos que corren y un contexto económico que exige cada vez más ajustes en el presupuesto de los ciudadanos. En ese sentido, la organización aboga por la disminución del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales al 4% para la compra de un piso y al 2,5% para las primeras viviendas habituales de precio inferior a 400.000 euros. Ésto, junto a otro paquete de medidas que fomenten el mayor acceso a terrenos y propiedades, mediante un financiamiento mixto (público y privado) haría que la presión sobre el bolsillo de los contribuyentes descendiera sin afectar drásticamente la recaudación estatal.

La puja por la recaudación: ¿cuál es la real ganancia?

Hace poco, la Agencia Tributaria aseguró en un informe que sólo una cuarta parte de la recaudación registrada en los tres primeros trimestres de 2022 se podía explicar por la escalada de los precios. Concretamente, sus números indicaban que apenas 7.300 millones de euros de los 28.000 millones recaudados por encima de igual cálculo en 2021 eran atribuibles a la inflación. De esta manera se indicaba cierto éxito en las medidas del gobierno destinadas a atenuar el impacto de las subidas de precios sobre ciudadanos y empresas.

No obstante, el Banco de España presentó otro informe en el que se concluye que el peso de la inflación se eleva hasta el 46% respecto de lo recaudado tras la pandemia. De ser así, Hacienda habría ingresado más de 14.000 millones de euros extra como consecuencia de lo que los consumidores, asalariados y empresas pagan demás por el incremento en los costes de vida o insumos. En definitiva, según la entidad bancaria. el crecimiento real de la economía apenas explica una quinta parte del crecimiento de 3,7 puntos de PIB experimentado por los ingresos tras la pandemia.

¿Qué opinas de estas cifras? ¿Crees que los impuestos por comprar una casa equilibran el impacto de la inflación en la recaudación? Déjanos tu opinión en la parte de comentarios de esta nota. Y no olvides que si quieres conocer más sobre opciones para vivir en España, tienes mucha información a disposición en el sitio de Oi Real Estate.

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