En la nota anterior recordábamos en qué consiste y cuáles son los distintos tipos de cohousing más habituales que existen. Hoy hablaremos de las ventajas, desventajas y la regulación que tiene en España.

Ventajas del cohousing: por qué es una buena alternativa de compra

El panorama para comprar y rentar vivienda en España este año se enfrenta a tres obstáculos bien conocidos ya porque marcaron también el 2022. La subida del tipo de interés impuesto por el Banco Central Europeo, la escasez de obra nueva y el aumento en los alquileres. Todo esto hace que se revaloricen distintas modalidades para compartir vivienda. Una de ellas es el cohousing, que apela a una forma colectiva de organizarse en una edificación amplia, con espacios privados y comunes, y en donde prima el sentido de convivencia entre personas con intereses y valores afines.

Si has analizado los distintos tipos de cohousing que existen y piensas que ésta puede ser la mejor alternativa para ti, te contamos a continuación otras de sus grandes ventajas.

El ahorro en el modelo del cohousing

  • El precio. Sin dudas, ésta es una de las razones que hacen más seductora la propuesta del cohousing. Y es que en general, por valores mucho menores a las cuotas de compra de una vivienda convencional, se puede acceder a pisos amplios y con muchas comodidades. Cierto es que se debe tener en cuenta una inversión inicial, pero el sostenimiento del pago es asequible y los gastos por servicios de uso común son repartidos.
  • La inversión inicial es recuperable. Parte del sentido del cohousing es la posibilidad de usar una vivienda a largo plazo, antes que adquirirla como un bien propio. No obstante, en la práctica ese derecho al uso tiene prácticamente los mismos efectos en cuanto a la poseción, más algunas ventajas. Por ejemplo, en el caso de que una persona quiera abandonar la cooperativa, puede recuperar la inversión inicial y su plaza será ocupada por otro miembro.
  • No es necesaria una hipoteca. Nuevamente, la posibilidad de evitar este tipo de financiamiento bancario es un gran atractivo para estas propuestas. Si bien existe un compromiso con el resto de las personas que integran la cooperativa, hacer uso del cohousing no requiere estar “atado” a una hipoteca del banco. Por eso es que también, este tipo de opciones son muy útiles para quienes no pueden acceder a aquéllas.
  • El valor de las cuotas. Los pagos mensuales por los gastos comunes suelen ser más económicos que los alquileres. Además, no existen límites de tiempo para extender este tipo de contrato como sí ocurre en el caso de los arrendamientos, ya que se pagan durante los años que se decida vivir en la residencia.

Los aspectos sociales y ambientales

Más allá de lo anteriormente mencionado, muchas personas eligen este modelo de vivienda por razones que no tinen que ver con el ahorro en términos monetarios. De hecho, hay cooperativas que se conforman justamente en torno a otros valores, como el cuidado ambiental y la necesidad de fortalecer lazos sociales.

  • La ventaja de la sostenibilidad. Como parte de la ideología con la cual son diseñados, estas viviendas tienden a reducir el consumo energético, utilizar fuentes renovables y reutilizar los residuos. Además, el mismo hecho de tener espacios compartidos hace que haya menos desperdicio en ciertos consumos, lo que también es ventajoso en términos económicos.
  • Los lazos sociales. Evitar el aislamiento social es especialmente importante en el caso del cohousing senior, esto es, el modelo pensado para las personas mayores. No obstante, este valor no se restringe únicamente a aquel grupo, ya que a veces entre los estudiantes que coinciden en una ciudad para estudiar una carrera puede surgir ese mismo problema, en especial si son extranjeros. En cualquier caso, este modelo de convivencia ayuda a desarrollar una vida más social y activa.

Desventajas del cohousing

Puede que a esta altura te estés preguntando por el lado “negativo” del cohousing, pero en rigor, no hay tantas sorpresas en este aspecto. Nos referimos a que dentro de nuestro país este modelo viene desarrollándose apenas hace una década y por ende pueden resultar escasos los proyectos disponibles. En los países nórdicos -tales como Dinamarca en donde surgió este tipo de vivienda-, son casi tan comunes como las alternativas tradicionales, pero aquí aún hay margen para explotar el mercado.

Otra de las dificultades puede ser el sostener la buena convivencia con todos los miembros de la cooperativa, ya que muchas decisiones y reglas se mantienen gracias al acuerdo en el grupo. Esto se traslada también a otro punto a considerar: el tiempo de realización de los proyectos. Si no es el caso de que buscas sumarte a un cohousing ya establecido, puede que quieras participar desde cero en la construcción de uno de estos proyectos residenciales. Esto, si bien trae muy buenos resultados, puede implicar largos plazos de ejecución hasta que finaliza la obra.

Finalmente, pero en relación a lo anterior, puede ser complicado conseguir financiación de los bancos para este tipo de proyectos, por su extensión y por los avales que solicitan las entidades bancarias. No obstante, cada vez crecen más y es probable que la demanda impulse eventualmente estos desarrollos.

Algunas consideraciones legales

Antes de invertir en este tipo de viviendas es positivo también considerar la legislación vigente que regula la convivencia y el uso del cohousing. En general, estas normas están planteadas en el propio estatuto de la cooperativa o a niveles más generales en la legislación de cooperativas autonómica y nacional. Si bien no existe aún una regulación específica dentro de la Ley de Arrendamientos Urbanos, el Plan Estatal de Vivienda 2022-2025 prevé un crecimiento de este tipo de modalidades y en base a ello tiene un programa de ayudas para fomentar entre otros, los modelos de cohousing.

En este camino, es fundamental recordar algunos puntos esenciales.

Para empezar, la propiedad es de la cooperativa, y es ella quien otorga los derechos colectivos de uso y disfrute del inmueble. Eso significa que los socios adquieren tales derechos siempre que mantengan su condición de socios. Si uno de ellos fallece, sus herederos reciben la cantidad de dinero aportada por el mismo como inversión inicial, o bien la posibilidad de ocupar el lugar de la persona y convertirse en nuevo socio, si es aceptado por la cooperativa.

Otra de las cuestiones que suele traer dudas es si la propiedad puede venderse. Como se dijo anteriormente, en sí la propiedad es de la cooperativa, pero ciertamente, puede uno abandonar su condición de socio y así dar lugar a que se incorpore otro.

¿Qué opinas de esta modalidad para compartir vivienda? ¿Alguna vez has vivido en una residencia compartida? Cuéntanos en la parte de comentarios de esta nota. Y no olvides que si quieres conocer más sobre opciones para comprar vivienda, tienes mucha información a disposición en el sitio de Oi Real Estate.

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