Antes de decidirte a invertir en bienes raíces, recomendamos tener en cuenta cada uno de los aspectos que se vinculan a un inmueble. Desde su definición, sus diferentes modalidades, la inversión necesaria y las sugerencias para obtener un buen resultado.

Los bienes raíces son conocidos en España como bienes inmobiliarios o simplemente inmuebles, aunque la evolución de los mercados a nivel global ha hecho común el uso del concepto de Real Estate, de origen anglosajón. Y existe una delimitación clara sobre cuáles propiedades se pueden incluir en este tipo de bienes. El Código Civil, en su artículo 334 (Capítulo 1), lo menciona de manera precisa. Entre ellas, lo que nos ocupa aquí son las “Tierras, edificios, caminos y construcciones de todo género adheridos al suelo”. Se trata de bienes que se hallan asentados en un suelo y por lo tanto no son trasladables. Todo lo contrario de los bienes muebles, que son productos que se pueden portar y trasladar. 

Invertir en bienes raíces es una apuesta segura y rentable. En España, de manera histórica, el ladrillo es percibido como una opción que otorga buenos márgenes de rentabilidad. Incluso en periodos de inestabilidad o de alta inflación. Y es también un refugio para conservar los ahorros de las familias, ya que los riesgos son menores que los vehículos de otros mercados. Comprar una vivienda para poner en alquiler o venderla es solo una de las modalidades, ya que también hay otros modelos de negocios, como las oficinas y locales comerciales, las naves logísticas, el alquiler vacacional y hasta el sistema crowdfunding. Aquí te brindamos las características que tienen algunos de estos proyectos y desarrollos que componen el mercado inmobiliario.

Los bienes raíces

La nomenclatura legal de los productos del mercado de inmuebles es bienes raíces. En España, la manera más común de nombrarlos es simplemente inmueble. El desarrollo global de los negocios hizo habitual el concepto de Real Estate, tal y como se lo conoce en el mundo anglosajón.

El Código Civil establece de manera clara cuáles son los productos que se encuentran comprendidos dentro del concepto bienes raíces. En su Artículo 334, se señala a “las tierras, edificios, caminos y construcciones de todo género adheridas al suelo”. También caben en esta categorización “todo lo que está unido a un inmueble de manera fija”. 

En ese sentido, podemos encontrar productos como el residencial. Se trata de propiedades destinadas a habitar, ya sea de manera permanente (si se la construye o compra), como de manera temporal (esto es, adquirirla para poner en alquiler). Aquí encontramos casas, pisos, edificios, cabañas y condominios. El residencial, en sus distintas modalidades, es el más común de los desarrollos inmobiliarios. Incluso para muchos españoles, invertir en bienes raíces es sinónimo de apostar por el residencial. 

Otro de los destinos posibles del inmobiliario es el comercial. Ya sean locales y oficinas, naves logísticas o almacenes. En este caso, la rentabilidad se obtiene por el alquiler, que es a mediano plazo. A escalas mayores se encuentran las otras finalidades que puede tener el inmobiliario, principalmente los suelos industriales, las locaciones de gran tamaño como para albergar granjas o fábricas, y hasta las minas.

Estas y otras modalidades en que se puede encontrar el inmobiliario, tienen sus particularidades, rendimientos medios y son afectados por las cargas impositivas de distintas maneras. Por ello, para invertir en bienes raíces no solo es necesario tener en claro el monto que vamos a volcar en ella, sino que también deben estar definidos los plazos y objetivos de inversión.

Invertir en bienes raíces

Tal vez una de las opciones más populares en España sea la inversión en bienes raíces. A pesar de estar ligada al inversor adulto, hemos visto en otros informes que incluso los millennials tienen al ladrillo como una opción para el mediano y largo plazo. Eso te lo hemos contado en esta nota.

La seguridad, estabilidad y crecimiento de los bienes raíces otorga esa característica buscada por ahorristas que prefieren alejarse de la volatilidad e incertidumbre que se pueden dar por momentos. Además, los bienes raíces tienen la capacidad de adaptarse a los tiempos, por ejemplo con los modelos de vivienda, oficinas y comercios construidos bajo los criterios ESG.

En ese sentido, hay modelos y vehículos de negocio que se desarrollaron a partir de las nuevas necesidades y tendencias. Y que fueron acompañando los cambios tecnológicos. Así fue que durante la pandemia, internet permitió el trabajo remoto. Si bien ya era una modalidad utilizada, el mercado inmobiliario encontró allí un nuevo modelo de negocios, con una subida en la demanda de casas alejadas de las ciudades, que combinan las necesidades de trabajo y la opción por una vida rodeada de naturaleza. 

Por último, la inversión inmobiliaria genera un alto impacto en el mercado de la construcción, la administración y gestión, y otras actividades que se mueven al ritmo del crecimiento de las operaciones de compraventa y alquileres.

Consejos para invertir en bienes raíces

Pero por más asentado que se encuentre un mercado, para invertir en bienes raíces es necesario tener en cuenta algunas cuestiones básicas. Por ejemplo, analizar hasta qué punto se cuenta con un capital para realizar la inversión. Por lo general, se precisa de una cantidad importante de euros para realizar una apuesta en el mercado de bienes raíces, aunque hay modelos de participación, como los fondos o el crowdfunding, que no precisan de una gran cantidad de euros. De todas formas, siempre es aconsejable empezar por uno mismo y establecer si se puede invertir.

Luego, se debe conocer el mercado inmobiliario donde se va a realizar la inversión. En este aspecto, es de gran ayuda los datos que se brindan por los organismos oficiales y las asociaciones de profesionales. Mucha de la información que necesitamos está disponible en los diferentes informes del Banco de España, el Instituto Nacional de Estadísticas, el Consejo de Notariado, y las plataformas como Oi Real Estate. Y no solo del estado actual de un mercado o vehículo, sino que allí podrás ver cuales puede ser la evolución futura, sus potencialidades y riesgos.

Por último, hay que analizar todos los aspectos legales y fiscales que tiene una operación. Porque el contrato es tan importante como elegir la vivienda para invertir, ya que también pueden llegar a reducir el margen de rentabilidad. Para los aspectos legales, hay especialistas. También hay quienes se dedican a asesorar sobre los impuestos y gravámenes que tiene una inversión en bienes raíces en las diferentes Comunidades, provincias y ciudades. Aquí no hay dudas, recurrir a un profesional es casi la única opción para asegurar el buen desarrollo del proyecto.

Establecer hasta cuánto dinero se tiene para invertir, estudiar los diferentes mercados y vehículos por los que apostar y analizar a fondo el contrato pueden asegurar que la inversión y la rentabilidad lleguen a buen puerto.

Luego de leer este artículo, nos interesaría mucho conocer tu opinión acerca de las inversiones en bienes raíces. Puedes compartirla con nosotros desde la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

Si te encuentras en la situación de querer invertir en estos momentos, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!

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