La oferta de casas busca ganarle al previsible retroceso en la cantidad de compraventas debido, en gran parte, al aumento de precios. Las cifras que se estimaban al inicio del año en la comparación interanual parecen confirmarse al cierre del tercer trimestre: mientras la cantidad de compraventas disminuye, los precios se incrementan. En ese marco, propietarios, bancos y otros agentes del mercado inmobiliario recurren a la estrategia de ofertar para no perder la venta. En la nota de hoy, repasamos cómo está la situación en este sector de la economía española.

Los anuncios de lo que vino

Aunque en varios aspectos se puede decir que el año “recién inicia” y es temprano para hacer balances definitivos, también es cierto que las primeras proyecciones de los analistas apuntaban a que la compraventa de viviendas en nuestro país caería alrededor del 2,6% respecto del año pasado. En números concretos, las mejores estimaciones hablan de llegar a las 700.000 operaciones (20.000 menos que en 2022), pero la reducción igual se notaría dado el aumento de los precios.

Claro está que el aumento en los valores de las casas no es azaroso y se corresponde, en parte, con el aumento de precios debido a la inflación. Así resulta que uno de los argumentos más comunes para elevar los valores tiene que ver con conservar, al menos, el margen de ganancia. Las estimaciones iniciales apuntaban a que la subida sería de un 4,4%.

Por otro lado, una razón que colabora en el alza de precios tiene que ver con el aumento en los costes de producción, que seguirán impactando en el sector y frenarían el inicio de la obra nueva poco menos de un 9% respecto del año pasado. De la mano de esto, no hay que dejar de lado el mercado específico de operaciones en vivienda de segunda mano, que se mostrará dinámico por la baja oferta de obra nueva.

Con la compraventa de inmuebles, cambian otras operaciones. Ya mencionamos lo que sucedería con la obra nueva y la vivienda de segunda mano, pero también los alquileres se ven afectados al elevarse sus precios. Así, aunque sigue habiendo demanda, los que pueden optan por invertir en la compra y eso hace que la cantidad de arrendamientos baje. En definitiva, toda posibilidad de invertir el ahorro acumulado es aprovechada por el mercado inmobiliario si acaso hay un entorno favorable de financiación.

El esfuerzo por comprar y el esfuerzo por ofertar

Con un mercado tan tirante de un lado y del otro, propietarios e inquilinos, bancos e inversores dirimen las diferencias en las páginas inmobiliarias. En esta puja, la tendencia viene jugando en desmedro del comprador, ya que el esfuerzo medio que se debe realizar en España para adquirir una vivienda se sitúa en cuotas del 32%. Estas cifras no hacen más que evidenciar los incrementos que han habido de forma sostenida y que se replican en prácticamente cualquier tipo de operación. Sin ir más lejos, para el alquiler, el precio medio de una vivienda de entre 80 y 90 m2 es de 877 euros.

En este sentido, los diferentes actores del sector inmobiliario -incluyendo, claro está, a los potenciales clientes inversores-, se encuentran en un momento en el que un precio justo puede hacer la diferencia.

Un banco que está dispuesto a ofertar

En este marco son varias las entidades bancarias que se disponen a ofertar vivienda en España. Una de las más grandes, CaixaBank, intervino recientemente en el mercado lanzando una lista de casi mil propiedades a muy bajo coste para quienes buscan acceder a una vivienda en estos tiempos de incertidumbre. Al hacerlo, el banco puso a disposición una diversidad de tipos de vivienda, entre casas, pisos y chalets, con la posibilidad de adquirir el 100% de la hipoteca.

La punta de lanza para esta campaña es ofertar vivienda por menos de 30.000 euros, consiguiendo vender propiedades que anteriormente habían estado en situación irregular. Esto significa que son pisos que la entidad se ha quedado a consecuencia de embargos, hipotecas impagas, o deudas que antiguos propietarios han tenido con la entidad.

Entre las viviendas ofertadas se encuentran por ejemplo: una casa de pueblo en Tarragona por un precio de 9.900 euros, un piso en Castellón por un valor de 14.500 euros, un dúplex adosado en Murcia por 15.000 euros, o un chalet adosado en Toledo que cuesta 19.900 euros con rebaja.

¿Qué opinas de esta situación? Déjanos tu opinión en la parte de comentarios de esta nota. Y no olvides que si quieres conocer más sobre opciones para vivienda en España, tienes mucha información a disposición en el sitio de Oi Real Estate.

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