Conocer la solvencia de un futuro inquilino, previa a la firma de un contrato de alquiler, es uno de las grandes preocupaciones de todo propietario, capaz de quitarle el sueño. También se cuenta como parte del trabajo de una agencia, si tiene como cliente a un arrendador. Este ha puesto en sus manos la difícil tarea de alquilar su inmueble y sus agentes deben asesorarlo en todo lo posible, identificando y consiguiendo finalmente al arrendatario ideal. En este artículo de Oi Real Estate veremos cómo saber si un inquilino es moroso a través de una serie de consejos que lo ayudarán a identificarlo. Si eres propietario o agente inmobiliario, te recomendamos no perdértelo.

¡Vende! ¡Alquila!

Cuando se dispone de una propiedad vacía u ociosa, los consejos de amigos y familiares suelen ir expresamente en dos direcciones. “¿Por qué no la vendes?” o en su defecto “¿Por qué no la alquilas”? Sin embargo, el escenario comercial de los bienes raíces propone una serie de aspectos complejos con los que se topan los propietarios independientes, apenas encarada una u otra acción inmobiliaria.

Si la decisión tomada por el dueño del inmueble es finalmente la de arrendar, no es extraño que al comienzo se aventure a intentarlo de forma autónoma. Es decir, por su cuenta. La mayoría de estos emprendedores, ni bien ha puesto un pie en las agitadas aguas del mercado inmobiliario ve a lo que se enfrenta. Por decantación, termina dirigiéndose a una agencia para evaluar costes, comisiones, asesoramiento. Por último, opta por dejar que un agente inmobiliario se encargue del asunto.

Agente inmobiliario, manos a la obra

Pero esto no quiere decir que el propietario vaya a quitarle los ojos de encima al proceso, ni mucho menos. El agente deberá tener al tanto permanentemente al cliente sobre la marcha de la negociación. Esto es: número y calidad de visitas en la exhibición del piso, el curso legal de la situación (si hubiera que modificar o acceder a un formulario que compruebe habitabilidad, energía, etc.), y muchos otros factores.

Entre estos aspectos, uno de los más sobresalientes está en saber identificar la solvencia de los probables inquilinos. Puede que un visitante se presente de forma muy simpática y parezca entusiasmado; pero un asesor que se precie como tal, no debe contentarse con eso. Este debe confirmar su solvencia y evaluar eventualmente si el interesado correrá riesgos de morosidad. Queda sobreentendido entonces, que saber si un inquilino es moroso, es parte de su trabajo diario.

Señales y prevención de la morosidad en el sector de alquiler

Puede sonar antipático, pero tristemente, la morosidad es en muchos casos un modus operandi. Existen inquilinos que conocen cómo pasar a la morosidad, ni bien firmado el cotrato de arrendación. Si bien se trata de una cantidad mínima y tal vez (si eres agente inmobiliario o arrendador autónomo) nunca te cruces con un caso de este tipo, conviene estar alertas, porque existen. Solo hay que saber cómo captar las señales evidentes y prevenir que esta acción poco común en el campo inmobiliario afecte la economía del cliente; y por consecuencia manche a la agencia.

Evaluar perfiles es fundamental. Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, es que los “morosos profesionales” no tienen una edad específica. Podrá tratarse de parejas jóvenes, solteros o solteras profesionales y colegiados, adultos mayores, etc. Desechar la impresión del primer golpe de vista, será más que suficiente para empezar. De hecho, tal vez el visitante de apariencia menos prolija pueda ser el inquilino ideal para este propietario.

Hasta que se demuestre lo contrario

Entonces, a la hora de exhibir una propiedad, debes dejar atrás todo prejuicio. Es clave recibir de la misma forma tanto al impecable y trajeado interesado, como a aquel que se ha acercado a la exhibición de la propiedad con una camisa arrugada. Todos son eventuales inquilinos hasta que se demuestre lo contrario. Utiliza esta máxima, que también es válida para los morosos.

Cómo saber si un inquilino es moroso

Los comportamientos de quien tiene a la morosidad como estilo de vida son repetitivos. Entre ellos, la estrategia más recurrente es la de ofrecer un dinero por adelantado, incluso por la cantidad equivalente a un par de meses de renta, incluidos garantías adicionales y fianza legal. Enciende las alarmas ante esta ostentación de solvencia. En lo general, viene acompañada de un cuestionamiento al total de dinero exigido en el contrato, y acaso de un pedido de disminución en el coste de la renta mensual.

Un futuro inquilino moroso intentará entablar la negociación por la vía particular. Si notas que este (inmediatamente luego de la visita al inmueble) inicia conversaciones con el dueño de la propiedad y te evade como agente inmobiliario, alerta al arrendador. Es muy probable que, más allá de intentar ahorrase las comisiones, esté tanteando cuán ingenuo puede llegar a ser el propietario para embaucarlo y lograr un contrato por fuera de la Ley de Arrendamientos Urbanos, sin una regulación que lo ponga en evidencia, al menos en lo inmediato.

El moroso prolonga su acreditación de solvencia

Un moroso experto demostrará a través del discurso una amplia solvencia. Sin embargo, a la hora de presentar las nóminas que así lo demuestren, estirará esta acreditación lo más posible. Incluso hasta nunca llegar a presentarlas. Si esto sucede, y la fecha de la reunión para la firma del contrato se acerca, no dudes en recomendar al arrendador solicitar un certificado FIM. Este análisis, un servicio brindado por la compañía Fichero de Inquilinos Morosos, pondrá en evidencia si el interesado ha sido denunciado por impagos en tiempos previos.

Solicita garantías y cartas de recomendación

Las cartas de recomendación de caseros anteriores, son unas de las medidas preventivas contra los genios de la morosidad. Es cierto que puede resultar anticuada, pasada de moda y hasta invasiva. Sin embargo, es una acción inmobiliaria de las más firmes y exitosas. Es preferible prolongar en el tiempo la firma del contrato, constatando la veracidad de estos informes y simplemente descartando como inquilinos a quienes se nieguen a presentar estas cartas.

Es además una excelente manera de dar la cara por tu cliente y de defender su bien. Cómo saber si un inquilino es moroso no es una terea sencilla, menos agradable. Da por hecho que el arrendador valorará mucho más esta actitud de la agencia, que tener que lidiar en un futuro cercano con el probable impago, y los consecuentes trastornos legales que implica.

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