En Oi Real Estate sabemos que el acoso inmobiliario es uno de los más frecuentes a la hora de alquilar una vivienda. Este tipo de violencia, se da principalmente en personas que son vulneradas, y hostigadas, hasta el punto de tener que dejar de alquilar el inmueble por situaciones incomodas con el arrendador. Esta conducta, donde el propietario quiere forzar al inquilino a abandonar la vivienda, se da mayormente para obtener beneficios económicos, como por ejemplo, firmar nuevos contratos de alquiler con costos más elevados.

En España, más precisamente en Barcelona, 1 de cada 2 inquilinos, asegura que fue victima de este tipo de acoso. Según los datos de lainformacion.com en una encuesta en donde participaron más de  2000 personas, el 50% afirmó haber sufrido hostigamiento inmobiliario por parte del propietario de la vivienda en la que habita. Mientras que el 12% manifestó el descuido del inmueble que causa incomodidad. A su vez, las presiones psicológicas y las amenazas rondan el 11,3% de los inquilinos y el aumento ilegal del inmueble el 8,4%.

¿Cómo detectar el acoso inmobiliario?

El inquilino sufre este tipo de acoso cuando:

  • El arrendador deja de hacer mantenimiento a la vivienda
  • Se impide que se realicen obras de acceso para personas de tercera edad o con discapacidades físicas.
  • Se demandan gastos que no están en el contrato.
  • Aumentan el precio de la renta fuera del contrato.
  • Reciben amenazas, o insultos.
  • Cortan servicios como la luz, el gas, el agua.
  • Se promueve la inseguridad dentro del edificio.
  • Hace propuestas excluyendo a la victima de su inmueble.
  • El arrendador no quiere recibir el pago del alquiler.
  • Cuando ocurren daños e incendios al inmueble alquilado.
  • Cuando se cambian las cerraduras mientras los arrendatarios no se encuentran en la vivienda.

¿Cómo denunciarlo?

Aunque suele ser una situación muy frecuente, el acoso inmobiliario es un hecho difícil de probar. Sumado a esta situación, los arrendatarios muchas veces cuentan con pocos recursos para poder pagar una defensa jurídica. Por eso, lo primero que se debe hacer es redactar una petición de manera formal, en donde se exige que se establezcan las condiciones necesarias de habitabilidad. Es conveniente comunicarlo con pruebas.

En segundo lugar, si el propietario ignora este comunicado, se puede iniciar la  denuncia jurídica, donde se reúnan todas las evidencias posibles. Así se contactará a testigos y se recopilará información referente a los impuestos, y el contrato de arrendamiento. Luego de esta reunión de evidencias, lo más normal es que se abra una causa civil. Pero si las acciones efectuadas por arrendador son más graves, ya pasaría a un procedimiento penal. Según el código penal, la pena prevista para este acoso es de seis meses a tres años de prisión o una multa económica. Pero todo depende del caso y de la gravedad del problema.

El mobbing inmobiliario se empezó a penar luego de que se incluyera desde el 2010 en el código penal. Desde allí, muchas victimas pudieron hacer justicia por las condiciones que muchas veces les imponen los arrendadores. Además, el Ayuntamiento de Barcelona, según los datos de elpais.com dispone multas de hasta 900.000 euros para poner fin a este tipo de conductas abusivas hacia los inquilinos.

Estrés financiero

El fenómeno del mobbing laboral suele estar acompañado del tan famoso estrés financiero. Este tipo de estrés puede impactar directamente en la salud de las personas provocando  depresión, hasta problemas cardiovasculares. Por lo que puede llegar a ser una condición muy grave. El estrés suele estar presente en los inquilinos debido a que el precio de alquiler de Barcelona ronda los 900 euros, por lo que el 80% de los inquilinos utiliza, en el mejor de los casos, más del 30% de su salario para rentar una vivienda. El 29% en cambio, utiliza la mitad de sus ganancias para poder pagarla. Si sumado a esta condición, se le agrega el acoso inmobiliario, verdaderamente puede ser muy duro para la salud física y mental.

Nos parece interesante remarcar este tipo de acoso, que muchas veces se hace presente a la hora de rentar una vivienda, pero que constantemente se deja pasar por alto.

Lo ideal como inquilinos, es tener pruebas de que el contrato no se está cumpliendo, por lo que siempre te vamos a recomendar que busques una manera de obtener evidencia, ya sea por peticiones, o testigos. Si bien todo puede empezar como algo diminuto, uno nunca sabe si la situación puede empeorar y no hay nada mejor que estar resguardados.

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