¿Te has mudado a un piso de alquiler y hay detalles que no terminan de encajar con tus gustos? No te desanimes; esto es más corriente de lo que te imaginas. En este artículo de Oi Real Estate, veremos cómo transformar los pisos de alquiler en propiedades personalizadas ¿Hasta dónde puede llegar tu intervención como inquilino? Te invitamos a leer para entender más.

El sueño del piso Top

Todos aspiramos a tener un piso Top. Sin embargo (y teniendo en cuenta que lo que puede ser Top para ti acaso no lo será para otros), cuando nos toca ir de piso de alquiler en piso de alquiler, el sueño de ese piso Top no siempre es una opción al alcance de la mano. Deberás contar con mucha personalidad y estilo para llevar adelante esas pequeñas modificaciones que acerquen una propiedad que no es de tu pertenencia a la que imaginaste.

Esto no quiere decir que el piso no sea del todo de tu agrado. Por el contrario; resulta que te has mudado a un piso de alquiler ubicado justo donde querías, espacioso y lo suficientemente luminoso. Ya puedes contarte entre los inquilinos más afortunados. Pero… te gustaría darle una vuelta de tuerca más. Algo que cuando tus amigos te visiten los haga pensar que es justo para ti. Pues no te quedes varado en la realidad de que tal vez en dos o tres años debas abandonarlo. Vivir en un sitio que cuadre con tu personalidad es de las cosas más alentadoras a las que un inquilino puede aspirar. Veremos cómo lograrlo sin problemas.

Palabra de inquilino, visto bueno del propietario

Los contratos de arrendamiento, si te sientas a leerlos detenidamente, suelen ser mucho más estrictos en la teoría que en la práctica. Por citar un ejemplo, casi todos los contratos son explícitos en la prohibición de traer mascotas… No obstante, quedará finalmente librado a la buena voluntad del propietario que cosas o eventos que son tajantemente prohibidos desde el papel firmado se hagan realidad. En este punto, hay algo que debes tener en cuenta a la hora de cambiar la cara de tu piso de alquiler y es que el propietario siempre tiene la última palabra.

Aunque sea una persona afable y permisiva; y hayas conectado con el arrendador desde un primer momento, es recomendable no dejarlo fuera de ninguna de tus decisiones respecto al piso que de momento es tu hogar. Esto conservará intacta la relación comercial que los vincula y quién sabe, facilite el abrir las puertas a una renovación futura. No importa las veces que el propietario te de su permiso para los cambios que quieras realizar, consulta cada paso que das, recordando que en definitiva es su piso.

Todo es negociable

Cambiar cuadros, hacer agujeros en las paredes, alterar los colores de los muros y las puertas… son acciones negociables. Recuerda que todo cambio en el piso lo mantendrá valorizado y que así como tú te has interesado en esa propiedad, el propietario también se ha interesado en ti para que la habites. Por otro lado, siempre serán menos los inquilinos propensos a realizar sutiles reformas en sus pisos de alquiler que aquellos que se muestren desinteresados por su mantenimiento.

No olvides que el propietario también debe lidiar con esa problemática, tan vieja como el mercado de arrendamiento mismo. Invítalo a pasar por el piso para conversar cada modificación. Si esta fuera de importancia, e incluyera por ejemplo la demolición del muro que divide la cocina del living, encáralo como un proyecto y procura señalarle cada detalle al propietario. Evita las medias tintas, recurre a él cuando tu proyecto esté listo para ser puesto en marcha y demuéstrale que has buscado presupuestos de obra de calidad que quieres compartirle.

En la mayoría de los casos, los arrendadores ceden ante un inquilino con ganas y visión. Si pruebas que eres lo suficientemente solvente como para encargarte del arreglo, verás que no encontrarás mayor apoyo.

Muros como a ti te gusten

¿Eres fanático de los colores estridentes o fuera de los pantones convencionales? Si tu intención es pintar las paredes o los cielorrasos de colores fuera de lo común, asegúrate de conseguir las muestras que sean necesarias para que cuando el propietario acuda a tu llamada, no tengas que hablarle de “cierto colorado” o ”un verde limón”.

Ten en cuenta que el propietario estará más cerca a aprobar tus ideas si puede imaginárselas. Frases como “Me gustaría pintar solo ese muro de un azul” o “¿Cómo se imagina la pared del frente de un amarillo huevo?” no lograrán demasiado. Demuestra con hechos cuáles son tus propuestas.

Placas o flotantes en pisos

Puede que los muros hayan tenido su remoce con el paso del tiempo. Si tratas con un propietario responsable, este te entregará el piso en condiciones ideales. Por tanto, deberás devolvérselos en algún momento de la misma forma. Sin embargo, los pisos son más complejos de modernizar o reacondicionar, por el constante y obligado tránsito.

Si los muros van de maravillas, pero no te agradan los pisos de tu propiedad de alquiler, existen hoy día un sinfín de opciones para transformarlos; a muy bajo costo y en muy poco tiempo. Placas o flotantes simil madera, en cientos de tonalidades distintas pueden ser la salida ideal para que ese piso se vea renovado y a nuevo; por otro lado, encontrarás que al propietario le encantarán tus ideas innovadoras; sobre todo si muestran cierta resistencia al paso del tiempo.

Hoy día cuentas con infinitas posibilidades para convertir un piso de alquiler en ese que tanto querías. Podríamos afirmar entonces que, quedarse con las ganas será tu decisión. ¿Cuál es tu experiencia en pisos de alquiler y la convivencia con el propietario? Nos encantaría conocerla.

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