El inversor cortoplacista cede protagonismo al cliente que desea mudarse o invertir bien su dinero. Compradores de viviendas que quieren cambiar de casa o rentabilizar sus ahorros con una buena relación calidad-precio.

Ultimo encuentro de expertos

Estamos ante un nuevo ciclo inmobiliario‘, recordaba Carlos Casanovas (CaixaBank) durante la 3ª Tribuna Immoscòpia celebrada en Barcelona. Mientras adoptaba un tono optimista en relación al futuro del sector.

El último encuentro entre grandes expertos del mercado inmobiliario ha servido para exponer las principales tendencias de la vivienda de cara a 2018.

El sector arranca el año tal y como acabó 2017. Con necesidad de un entorno de confianza. Y protagonismo para el cliente particular.

Los nuevos compradores de viviendas, en opinión de los profesionales, son cada vez más exigentes. Y cuentan con mayor solvencia que en otras épocas.

Ya sea porque buscan una primera o segunda vivienda, tras los años de espera a que obligó la crisis. O más bien porque quieren invertir para rentabilizar sus ahorros mediante el mercado del alquiler.

Expectativas del mercado inmobiliario en 2018

Durante 3ª Tribuna Immoscòpia, celebrada este viernes en CaixaForum, Carlos Casanovas ha compartido con el público asistente las perspectivas para el mercado inmobiliario de cara a los próximos doce meses.

Entre las previsiones del directivo de CaixaBank cabe destacar un incremento en el precio de la vivienda del 4% al 6%. Además de un aumento en el número de transacciones. Especialmente en las ciudades de Madrid y Barcelona. Así como en la Comunidad Valenciana y Andalucía.

Desde la entidad no se ha dejado escapar la oportunidad de recordar el importante papel del inversor extranjero. Protagonista de la mayoría de operaciones en Baleares, Canarias y la Costa del Sol de Málaga.

Entre compradores de viviendas de reposición e inversores, CaixaBank prevé que el número de compraventas se sitúe en torno a las 550.000 operaciones a finales de 2018.

Una cifra que alerta del desequilibrio entre demanda y oferta. ‘Tras acabar 2017 con 80.000 visados para nuevas viviendas, en 2018 se podrían llegar a alcanzar las 100.000. Muy por debajo de unos niveles de demanda en torno a las 150.000 licencias anuales‘, apunta Juan Velayos (Neinor Homes).

Los ‘nuevos’ compradores de viviendas

El perfil de cliente más habitual corresponde al buscador de vivienda de reposición. Comprador de una vivienda nueva, tras haber vendido la antigua.

Se trata, en más de la mitad de los casos, de un cliente entre los 35 y los 54 años. Correspondiente una familia de edad media que, durante la crisis, no pudo cambiar su residencia habitual. Y ahora aprovecha las circunstancias para tras mudarse a un nuevo hogar.

Entre los detalles que tiene en cuenta, al precio y la localización del inmueble son los más importantes. Aunque también importa el material, los acabados o el ahorro energético. Además de la distribución y las posibilidades de actualización de la vivienda.

Detalles que los promotores tienen en cuenta para satisfacer al cliente, desde el mismo momento de la venta sobre plano.

Del precio final a la localización

El precio de la vivienda es uno de los aspectos determinantes en la decisión de compra.

El factor más importante para el 63% de los compradores, según datos de Fotocasa. Aunque en algunas comunidades ya se manejan presupuestos fuera del alcance de algunos bolsillos. Es el caso de Cataluña, Madrid o País Vasco, con un presupuesto aproximado de 173.000 euros.

Por lo general, las viviendas con mayor demanda se mueven entre los seis y los veinte años de antigüedad.

Mientras que la localización es la segunda variable más importante entre los compradores de viviendas. Un gran número de clientes se decide por una zona o un distrito conocido en el que han vivido.

A pesar de que también se opta por viviendas en el extrarradio de las ciudades. Siempre y cuando estén bien comunicadas y sean accesibles.

De la calidad a la eficiencia energética

La calidad también es importante, tanto en detalles interiores como exteriores. Así como los sistemas de ahorro energético.

Algunos de los grandes promotores ya comercializan proyectos en clave medioambiental. Conscientes de la importancia que da el cliente a la sostenibilidad y la eficiencia energética.

En ese sentido, la luminosidad natural vuelve a ser determinante. Tanto por el aprovechamiento de la luz, como por el factor energético de la orientación en la vivienda.

Así mismo, el diseño y la estética vuelven a ser un detalle diferencial. Además de las zonas comunes del edificio, desde el vestíbulo de acceso a los espacios infantiles o la disponibilidad de jardín y piscina.

Invertir en vivienda para alquilar

Junto al comprador de primera o segunda residencia, sigue presente el ahorrador que invierte en una vivienda para alquilarla.

El aumento de la demanda de vivienda entre los jóvenes va ligada, inevitablemente, al mercado del alquiler. Las dificultades para acceder a la compra de una propiedad han llevado a comunidades como Cataluña, Baleares o Madrid hasta máximos históricos en las rentas.

Sin ir más lejos, la Comunidad de Madrid ya ha subido un 6,3% los alquileres en 2017. Un incremento que podría ser del 10% en 2018, según Fotocasa.

En estas circunstancias, el inversor particular quiere aprovechar la magnífica rentabilidad del alquiler. Adquiriendo viviendas de obra nueva o comprando inmuebles para rehabilitarlos.

Es en este tipo de compradores donde tiene tanta o menos importancia una vivienda céntrica como una bien comunicada. Ya que conviene rentabilizar una inversión global (compra + reforma) que no sobrepase los 100.000 euros. Capaz de ofrecer una ganancia cercana al 8%.

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