El sector inmobiliario se ha convertido en una salida laboral de considerable éxito. Hasta no mucho tiempo, las publicidades de las agencias más prestigiosas mostraban a sus asesores o agentes fundamentalmente como personas de experiencia, maduras y conocedoras del paño. Hoy día, aquella máxima que relacionaba al agente inmobiliario “adulto” con el “ser exitoso” ha dado un giro drástico. Muchos brókers, jóvenes y ya establecidos, confiesan sentirse tan a gusto en su trabajo en el mundo de los bienes raíces que no lo cambiarían por ningún otro. En este artículo de Oi Real Estate veremos las razones de esta tendencia y el agente inmobiliario como primer trabajo.

Ingreso al mundo laboral

Insertarse en el mercado laboral representa un cambio radical en la vida de las personas. Hablamos de asumirse como auto solvente y de comenzar a dar los primeros pasos en búsqueda de una forma de vida independiente. La globalización de finales de siglo XX produjo un quiebre en lo socialmente aceptado como “primer trabajo”.

Así, las compañías fueron tomando paulatinamente decisiones estratégicas que incluyeron mucho más a jóvenes aprendices, o estudiantes de carrera. De la salida inmediata y tentadora que ofrecían las grandes cadenas en expansión de comida rápida, se viró a la incorporación en funciones destacadas -y antes impensadas- de aquellos que recién concluían sus estudios medios.

Por supuesto, el sector inmobiliario no fue una excepción a este nuevo orden laboral, establecido aún en el umbral del siglo XXI y aprovechando la primera era digital en auge.

Un bróker de imagen fresca y joven

Con la llegada al estadio digital, que transita ya su era 4.0, se han producido innumerables e indiscutidos cambios en el ámbito laboral, a nivel mundial. Muchos directores de empresas “de la vieja guardia” confiesan la preocupación que les causa la transformación digital, siempre corriendo y viéndole las espaldas al acelerado desarrollo multimedia. Es un hecho que quienes se han negado a estas transmutaciones obligadas por temor a no saber delegar o perder el control del rumbo de su empresa, han sucumbido.

Esa transformación digital, se ha instalado hace tiempo en el sector inmobiliario. En este sentido, era de esperarse que fueran los más jóvenes quienes pisaran fuerte; trayendo consigo nuevos conceptos, aportando ideas frescas a los polvorientos conceptos de marketing y (como si fuera poco) sabiendo cómo implementarlas.

Una cuestión generacional

Si nos referimos exclusivamente a España, los estudios de captación de clientes inmobiliarios revelan en los últimos años una creciente demanda desde el sector más joven de la población. Se estima que entre los 25 y los 36 años una persona logrará insertarse en el mundo inmobiliario, mayoritariamente firmando sus primeros contratos de arrendación, relegando acaso el acceso a la vivienda propia según sus capacidades de ahorro y solvencia.

Pero no debemos perder de vista que las consultas a las agencias comienzan a traducirse en leads cuyo rango etario comprende entre los 18 y los 24 años. Esto significa que los más jóvenes -aún entre los jóvenes- ya están teniendo sus inquietudes respecto a establecerse fuera de la vivienda paterna.

Si bien la mayoría de estos leads no llegan a concretarse en una negociación… ¿Quién resolverá mejor dichas consultas, sino un agente con el que el interesado se sienta cómodo y sin diferencias propias de la brecha generacional?

Lanzarse a la competitividad

Está claro que el margen que ofrecen las franquicias y las inmobiliarias a los nuevos componentes del sistema laboral ha abierto una carrera competitiva sin igual. Los requisitos para ser agente inmobiliario son poco pretenciosos y solamente en unas pocas comunidades precisarás de un diploma que certifique apto para esta actividad. Por tanto, está establecido, y es una realidad, que con mínimos conocimientos puedes ingresar el mundo inmobiliario.

Sin embargo, si asumimos que la competitividad es ardua en lugares de menor densidad poblacional (como por ejemplo Santiago de Compostela), la misma puede llegar a ser feroz en ciudades de mayor oferta y demanda (Madrid o Barcelona). Por tanto, para postularte como un agente inmobiliario completo debes reunir una serie de cualidades y tomar ciertos recaudos, simplemente para que lograr abrirte paso entre tantos otros.

Un CV siempre positivo

Procura que tu currículum vitae señale tus capacidades y objetivos más positivos. Si tu experiencia en el sector inmobiliario es nula, no olvides incorporar una serie de características fundamentales que lograrán posicionarte mejor entre muchos otros. Si no cuentas con estos conceptos, pues convendrá trabajar sobre ellos para incorporarlos a tu desarrollo laboral. Repasemos algunas de ellos:

1 Relaciones interpersonales virtuosas

La confianza es un factor vital en la relación entre un cliente y un agente inmobiliario. En ocasiones (y sobre todo en tus primeros pasos como asesor), una negociación puede depender más del factor transparencia y el buen vínculo entre que hayas logrado establecer con tus clientes, que de tu prestancia inicial como agente.

2 Motivación proactiva

Ver venir la tormenta antes de tenerla encima es una característica propia del agente inmobiliario de éxito. Ser un asesor en bienes raíces no atañe solamente a vender propiedades, sino a conocer también las mañas del mercado y de los clientes. Las complejidades existirán tanto de un lado como del otro.

3 Mitad conservador, mitad renovador

Será crucial saber aplicar las herramientas digitales al mundo inmobiliario actual. Es una carta fuerte del agente inmobiliario joven. No obstante (y siendo que el objetivo es vender inmuebles o conseguir el arrendatario ideal, igual que desde siempre en el sector) también será significativo mantener aquellas pautas establecidas y propias del perfil de la agencia que vaya a contratarte. No esperes cambiar de cuajo las reglas de una inmobiliaria, ya habrá tiempo de introducir nuevos aires.

4 Pez en el agua

Todo agente inmobiliario completo debe conocer de antemano la zona en la que va a desarrollar su tarea. En ocasiones, una misma región puede incluir distintos tipos de propiedades, de costes muy disímiles en sus tasaciones y según el barrio. Si vas a tasar un comercio ubicado sobre la avenida Portal del Ángel, pues quedará claro que su coste será muy superior a uno de cercanía, ubicado en un barrio alejado de los polos turísticos e independientemente de si poseen similares características.

5 Capacidad de negociación

Por último y tal vez como cualidad excluyente, está tu capacidad de negociar. El agente inmobiliario debe cumplir varias funciones como actor protagonista de las negociaciones en bienes raíces. Por ello es que convertirse en un experto tomará tiempo. Ser guía de clientes e interesados simultáneamente y funcionar como un mediador entre ellos, hará que permanentemente debas quitar peso de un lado para agregarlo del otro, equilibrando la balanza de la diligencia. ¿Eres un negociador nato? Pues bien por ti, tienes grandes posibilidades de ser un agente inmobiliario completo.

Hemos visto el agente inmobiliario como primer trabajo. ¿Te gustaría compartir tus experiencias en este sentido? Nos encantaría conocerlas en la bandeja de comentarios al pie del artículo.

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