Desde Oi Realtor queremos contarte todo sobre la calefacción auxiliar del cuarto de baño. Continúa leyendo el artículo y entérate.

Si a pesar de que cuentas con un radiador en tu baño sigue siendo difícil calentarlo, lo aconsejable es que lo refuerces con un calefactor, un panel radiante, un radiador de aceite o bien un radiador de infrarrojos. Todo dependerá de la superficie y el aumento de temperatura que sea necesario, agregar un calentador auxiliar al baño para ganar algunos grados mejorará significativamente tu comodidad.

¿Cuáles son los usos de la calefacción auxiliar?

Calefacción auxiliar

La calefacción auxiliar se utiliza para complementar otro sistema de calefacción que no cuenta con la potencia necesaria o bien, funciona de forma intermitente. También, puede ser utilizada cuando la calefacción central no se encuentra en marcha.

El radiador eléctrico que se encuentra en el baño puede encontrarse siempre disponible, pero es posible que le falte potencia en los días más fríos del invierno. El radiador de inercia proporciona calor un suave, pero la calefacción auxiliar del baño debe calentar de manera rápida y con potencia para brindar una sensación de calor sin demoras.

Por otro lado, el aparato debe ser fácil de transportar, para que de esta forma, resulte sencillo guardarlo cuando no lo utilices o bien, para colocarlo en otra habitación, en caso de que sea necesario. Además, también debe ser de fácil instalación y no requerir obras específicas. Solo tienes que colocarlo, enchufarlo y disfrutar del calor.

Algunas reglas de seguridad para tu calefacción auxiliar

Al tratarse de un aparato eléctrico como cualquier otro, un aparato de calefacción auxiliar no debe colocarse encima ni muy cerca de una salida de agua, como por ejemplo un lavabo, una ducha o una bañera. Esto se debe a que las salpicaduras podrían tener graves consecuencias.

Un radiador auxiliar de tamaño estándar no debería ubicarse a menos de 1,20m de un lavabo ni a menos de 3 m de una bañera. Se trata de distancias considerables, que resultan difíciles de respetar si el cuarto de baño es pequeño. Sin embargo, un aparato que sea diseñado exclusivamente para el baño se encontrará protegido contra posibles salpicaduras y, por tanto, puede situarse a 60 centímetros de una bañera o ducha, o incluso, al lado del lavabo.

Una calefacción auxiliar para el baño deberá respetar el grado de protección IP 21. Se trata de un índice de protección que significa que el agua puede rociar el dispositivo y que los objetos de más de 12 mm no pueden penetrar en él ni interrumpir su correcto funcionamiento. En fin, lo aconsejable es que optes por un aparato de calefacción auxiliar diseñado exclusivamente para el baño y que lo mantengas lo más alejado posible de cualquier salida de agua para mayor seguridad.

¿Qué tipo de radiador auxiliar es el más adecuado para el cuarto de baño?

Calefacción auxiliar

Podrás encontrar múltiples tecnologías de radiadores en el mercado, las hay de diferentes características, precios y consumo. Aquí van algunas opciones:

Radiadores de aceite

Este tipo de radiadores aparecieron durante los años 60 y calientan el aire ambiental por medio de la radiación. Cuentan con un fluido caloportador. Además, poseen ruedas y se reconocen con facilidad debido a su estructura, formada por módulos metálicos acanalados que contienen aceite. Estos módulos se encuentran separados de 5 a 10 cm entre sí. El lado positivo de estos radiadores es que son potentes y consumen menos que los convectores o calentadores radiantes. Esto se debe a su inercia, siguen emanando calor después de apagados. Pero, también cuentan con un lado negativo, y es que son más pesados y voluminosos. Además, a pesar de que consumen menos, tardan más tiempo en calentar. Esto se debe a que antes debe adquirir temperatura el aceite.

Los radiadores de aceite son aptos para cualquier zona de la casa y ofrecen, según el modelo, una potencia de hasta 3000W. Esto alcanza para mantener caliente una estancia de unos 30m² en buenas condiciones de aislamiento y con techo de altura estándar.

Radiador convector portátil

Cuenta con resistencia que se encuentra protegida por una carcasa metálica, esta calienta el aire al entrar en contacto con él. Una vez que se calienta, el aire asciende. Esta circulación natural del aire se llama convección, y brinda la posibilidad de calentar gradualmente la habitación. Este sistema genera la creación de capas de aire inmóviles cada vez más calientes a medida que nos acercamos al techo. El lado negativo de este tipo de tecnología es que seca el aire y consume mucha energía. Los convectores no tienen la capacidad de almacenar el calor, y es por este motivo que se siente el frío en el momento en que se apagan. El lado positivo es su precio, resultan ser bastante económicos y además, no pesan casi nada.

Panel radiante portátil

Los paneles radiantes transforman una parte significativa de la electricidad que consumen en radiación infrarroja. Esta radiación se propaga alrededor del radiador, de manera proporcional a la distancia. Todo lo que se encuentra cerca del radiador se calienta. Brindan una sensación de calor, incluso si el aire está más bien frío. Estos radiadores proporcionan mayor comodidad que el convector y además consumen bastante menos. Por otro lado, calientan muy rápido el ambiente. Sin embargo, lo aconsejable es colocarlos lejos del usuario y del mobiliario ya que pueden amarillear las superficies.

Radiador halógeno

Escondido detrás una rejilla, se encuentra un tubo calefactor (+1000 °C) que contiene un filamento y un gas halógeno que emite infrarrojos. Habitualmente adopta forma de regleta y se ubica sobre el lavabo o un armario de baño. El radiador puede encenderse a través de una cuerdecilla si se instala en alto o bien con un botón si queda al alcance. Este tipo de radiador calienta rápido y es especialmente para baños de pequeñas dimensiones. La lámpara debe cambiarse cada 5000 horas y su principio de funcionamiento puede ser más peligroso que otras tecnologías de calefacción.

Calefactor

Los calefactores funcionan de la siguiente manera, una resistencia que puede estar en contacto con el aire o protegida por un bloque cerámico, calienta el aire. Luego una hélice lo pone en movimiento. Esta convección forzada logra calentar una gran cantidad de aire rápidamente y limita el efecto de estratificación causado por los convectores. El lado negativo es que un calefactor no resulta ser demasiado discreto. Si deseas tranquilidad lo ideal es que optes por un modelo silencioso o de potencia regulable.

Si tu baño es grande, la función oscilante brinda la posibilidad de dirigir el aire caliente en todas direcciones y de esta forma calentar la estancia completa. Por otro lado, podrás encontrar también calefactores para instalar en la pared. Solo debes seguir las instrucciones para conseguir un flujo de aire suficiente y evitar el sobrecalentamiento. Habitualmente, el mínimo son 5 cm. Se trata de radiadores ligeros, que cuentan con varias velocidades y son fáciles de trasladar y de guardar. Otro punto a tener en cuenta es que suelen respetar el grado de protección eléctrico IP 21 y mencionar puntualmente que son especiales para el cuarto de baño. Puedes optar por uno de cerámica que cuenta con una calefacción de mejor calidad o bien, de resistencia simple que resulta más barato, tú decides.

Más opciones

Debes tener en cuenta que estos aparatos eléctricos pueden incluir opciones para ser más cómodos de usar, reducir el consumo y ser más eficientes.

Termostato electrónico

Resulta ser bastante más sensible que un termostato mecánico, cuyo funcionamiento se basa en las propiedades físicas de los materiales que los componen. La calefacción consume menos y brinda mayor comodidad con el uso de un termostato electrónico.

Velocidad de calentamiento

Se trata de una opción fundamental si quieres utilizar tu radiador auxiliar en distintas estaciones y adaptarlo a diferentes temperaturas. Las velocidades de calentamiento no son las mismas de un radiador a otro, 2 para un calefactor; 2 o 3 para un radiador de aceite, entre otros.

Temporizador

Se trata de una herramienta muy útil, ya que el radiador se apaga una vez transcurrido el tiempo programado. Es ideal para evitarte preocupaciones y dudas sobre si te has acordado de apagarlo. Si no cuentas con uno, también puedes utilizar un enchufe programador.

Algunos consejos

Calefacción auxiliar

Resulta difícil que un radiador auxiliar consuma poco, esto se debe a que el bajo consumo de un aparato de calefacción se basa en la inercia. La inercia es un proceso lento que necesita que adquiera temperatura un cuerpo líquido o seco que se encuentra en su interior para luego transmitir el calor al aire ambiental en forma de radiación.

Si cuentas con un cuarto de baño de al menos 6 m² puede equiparse con un equipo radiante como opción auxiliar. Si se encuentra bien instalado, 15 minutos bastarán para calentar el baño.

Si tienes la opción de programar o encender el radiador auxiliar unos 30 o 40 minutos como mínimo antes de entrar en el baño y vas a pasar en él 2 horas, un radiador de aceite es el ideal. Pero si es tu caso, descártalo.

Si lo que necesitas es un aumento de temperatura casi inmediato en un baño pequeño, lo ideal es un calefactor. En condiciones normales logra calentar el baño en unos 5 minutos. Los calefactores son perfectos para espacios pequeños de 5 m² o incluso menos.

Los convectores, no son la mejor opción para un baño. A pesar de esto pueden ser una gran opción si buscas un radiador para todas las estancias de la casa.

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